jueves, marzo 24

Pal Lobo

Ésta el la última, no hago más ...
Y la mía la vendo, o la quemo,
no carnavaleo más.
Ya estoy viejo y me tiento,
ya sé cómo es.

Viejo querido, gracias.

Tum tum.
Sayal.



martes, marzo 15

No Tango

Del barrio se fué, dejó el arrabal.
La mina que tenía,
y quería,
no acusa un pingo, claro.
Triste moquea
el guapo su intención de baqueano.
Sabedor, pero más por ignorante,
mirando atrás del codo,
y tantendo el crucifijo,
que está todo dicho,
que el cuchiyo que se envaina
esta fijo en su escondrijo
y el destino que es muy claro
lo espera en ese resquicio.

sábado, marzo 20

Ya llegué.
Ya me instalé, más o menos.
Ya me casé.
Khuska anda, gracias a muchas cosas.
Y hay una Juanita, otra, tilcareña.
Y ahora viene otra cosa.
Todo lo que no funciona y no hago funcionar y no funciona también está.
Tengo que ir a Buenos Aires y no quiero.
Ojalá encuentre por qué volver.

lunes, abril 14

Es que se me cierra la garganta.
Dávalos y Ayala al mismo tiempo.
El grito de la baguala y el sapucay de los hacheros.
Y ése pez dando vueltas,
entre maderas robadas al monte
que flotan por dar consuelo,
a esa mano del Ramón
que se se quedó en ese suelo.
Si será gringa la suerte
que ya nunca la veo,
haciendo con mi machete
silbar cantos a los vientos.
Y el silvo trae desganadas canciones
del Ande lejos
apretadas en mil gritos de estremeces
y unos cuantos otros ruegos.
La copla sale dispersa entre el río y el silencio.
Agua las une, de más o de menos,
y un verde de allá a lo alto
las gana pa su consuelo.

Temor de el sábado.

Ando rompiendo copas en habitaciones de otra gente,
entre crashs y crrjjs.
Miradme a los ojos.
Ya hay un pozo, miradme, tontolones.
Cuál es el fondo?
Cuántas copas hay en el mundo?

viernes, abril 11

Lo rutinario de mi trabajo me dió
dos compañeros, uno más uno menos,
un amor y un amigo.

Y una vida independiente, claro.

Mi trabajo es ahora de otro dueño,
igual que mis compañeros.

Mi amor tuvo su fuego, mi amigo es mío.

Y ya no me cuesta
cagarme
en trivialidades.
Diez años duré ahí.

Y ya me voy.

Y la verdad siempre incomoda.

sábado, marzo 15

El Xuxuyoc

Alguna vez, al discurrir los siglos
igual que el viento a la liviana tierra,
la mísera memoria de los hombres
se acercará hasta aquí. Vendrán a verme.
Y ofrendarán mis huesos y mi sombra
las espectrales manos de la Historia.

Yo, el Xuxuyoc, ordeno para entonces:
Dejadme en paz.

Yo he sido un hombre,
igual que todos,

como todos, vano.

Buscadme en el ancestro de mi pueblo,
en la raiz de un grito de pelea,
en los espasmos del placer o el odio,
en el temblor final de la mirada
de un hombre de mi raza. Allí estoy yo.
Este gastado polvo es nadie y nada.
En el futuro se erguirá de nuevo
pero no seré yo. Yo ya estoy muerto.
Mi eternidad es esta piedra rota.

Jorge Calvetti